Nuestra historia

Enero de 2014

De una idea valiente... a un hogar lleno de sabor

En enero de 2014, La Casa del Pollo Asado abrió sus puertas con algo más que una receta: la ilusión de una mujer emprendedora, el empuje de sus hijas y el apoyo incondicional de amigos y familiares. Así nació este proyecto, cocinado a fuego lento, como nuestros platos.

Desde entonces, hemos ido creciendo poco a poco, rodeándonos de personas que han aportado su granito de arena. No solo trabajadores que han formado parte del equipo, sino también clientes que, desde el primer día, confiaron en nosotros. Muchos de ellos siguen viniendo hoy, y eso es lo que más nos llena.

La Casa del Pollo Asado no es un negocio cualquiera. Es nuestro hogar. Aquí, gran parte del equipo es familia —en el sentido literal— y el resto, lo parece. Esa cercanía se nota en el trato, en el ambiente… y claro, en el sabor.

 

Nuestra filosofía siempre ha sido la misma: trabajar con cariño, mejorar cada día, y tratar a cada cliente como si viniera a casa a comer. Por eso también creemos en los lazos locales. Colaboramos con comercios de la zona como Casildo, la carnicería Pili y Manolo de Caniles, o la frutería La Repera. Porque cuando los pequeños negocios se unen, el resultado es grande.

Hoy, además del pollo al horno que nos dio nombre, servimos kebabs, hamburguesas, camperos y raciones para todos los gustos. Seguimos cocinando con el mismo amor del primer día, con ganas de innovar sin perder lo que nos hace únicos.

Gracias por formar parte de esta historia. El horno sigue encendido, y tú siempre tienes un plato en nuestra mesa.